El primer paso

Hace tiempo alguien me dijo que un viajero es el que no tiene fecha de vuelta, lo demás solamente son turistas. Despues de años viajando, siempre con fecha de vuelta, creo que un viajero es un amante curioso de la vida, que se atreve a ver y a respetar, y que en su calendario siempre tiene anotado un nuevo destino que visitar.

¡Bienvenidos al viaje!

divendres, 14 de setembre del 2012

Etapa 3: Luoyang

Llegamos puntuales a la estación de Xi'an y al llegar al guardia de los controles de seguridad descubrimos que la estación de Xi'an y la estación Xi'an norte no son la misma! Contrareloj regateamos con un taxista y entre la lluvia intentamos llegar a la estación del norte en un Mitshubatman sin asientos por las interminables afueras de Xi'an.


Perdemos el tren por 15 minutos. Mi mayor miedo era que no hubiese billetes para los trenes de ese día y tener que hacer alguna pirueta para conseguir llegar a Luoyang, o saltárselo y marcharnos a Shanghai directamente. Para nuestra sorpresa nos cambian los billetes para el siguiente tren sin ningún problema y sin pagar nada por el cambio, y todo queda en un susto.

Tras dejar los trastos en el Yiha Hostel, comemos algo y cogemos el bus 53 hasta las grutas Longmen. El calor se hace sentir y ni los polos de melón que compramos ni el agua helada ayudan mucho. Vemos budas y más budas en huecos excavados en la roca. Los hay medianos, pequeños, grandes y gigantes! Acabamos la visita en el templo, rotos de subir y bajar escaleras durante 3 horas con calor.




Volvemos en el mismo bus y bajamos al lado del mercado nocturno donde venden todo tipo de delicias culinarias, incluyendo gusanos y escorpiones frescos en pincho.
 




Para el día siguiente tenemos previsto ir a Shaolin, pero como parece un poco lío ir por nuestra cuenta decidimos reservar un tour desde el hostel. Los tours y nosotros no nos llevamos bien, y hay un accidente que impide al bus que nos tiene que recoger llegar hasta el hostel. Papelito en chino con el destino en mano nos lanzamos de nuevo a la aventura de llegar por nuestra cuenta: bus de línia a Dengfeng acalorados y estrechos, sobre unas butacas recubiertas de plástico; microbus 8 de Dengfeng a Shaolin que nos para arriesgando su vida la cobradora del primer bus, y llegamos al templo sentados en banquetas.

Visitamos la zona de entrenamiento, el templo Shaolin, el bosque de pagodas y subimos al monte Shan Long con un teleférico. A la vuelta del teleférico vemos la exhibición de Kung fu.



De nuevo microbus 8, bus de línea de vuelta sentados en una especie de asientos plegables que cubren el espacio del pasillo y bus urbano por Louyang. En el fondo no era tan complicado!

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