El primer paso

Hace tiempo alguien me dijo que un viajero es el que no tiene fecha de vuelta, lo demás solamente son turistas. Despues de años viajando, siempre con fecha de vuelta, creo que un viajero es un amante curioso de la vida, que se atreve a ver y a respetar, y que en su calendario siempre tiene anotado un nuevo destino que visitar.

¡Bienvenidos al viaje!

diumenge, 31 d’agost del 2014

Etapa 1: Hanoi

Después de un viaje caluroso en el avión de Aeroflot, nos cuesta cerca de 1 hora conseguir los visados y encontrar la maleta, porque hay 2 vuelos procedentes de Moscú a la misma hora y cintas en dos salas diferentes, por lo que nos pasamos casi un cuarto de hora ante la cinta equivocada. 

Cuando llegamos al hotel, nos explican que la habitación tardará un par de horas en estar lista, lo que nos obliga a callejear sin muchas ganas por la caótica Hanoi.


Tras dormir un rato, salimos a dar una vuelta nocturna por el mercado de la calle Dong Xuan, pasando por la zona de pubs y restaurantes, hasta el lago. Nos llama la atención la cantidad de gente que está cenando a ras de suelo.


Al día siguiente vamos a explorar algo más de Hanoi. Nuestra visita empieza por la prisión de Hoa Lu, conocida como el Hilton de Hanoi por los prisioneros americanos. La prisión tiene muchas explicaciones pero están más centradas en  los años de opresión francesa cuando albergaba disidentes políticos vietnamitas, que no en la desventura americana.


Nuestra segunda visita es el templo de la Literatura. Lo cierto es que Vietnam tiene numerosos templos y pagodas, pero vimos muchos en China y en proporción los vietnamitas son más pequeños y menos interesantes. Este templo es muy parecido al templo de Confucio que habíamos visitado en Pequín, pero a escala mucho más pequeña.


Seguimos la ruta hasta la Pagoda de un pilar, que tiene todos los alrededores en obras, y el mausoleo de Ho Chi Minh, seguido de un corto vistazo a la ciudadela.



De vuelta cruzamos las vías del tren, es muy curioso lo cerca que viven del tren.


Por la noche hemos reservado entradas para ver las marionetas de agua, que aunque son en vietnamita se trata de episodios cortos muy fáciles de entender y de disfrutar.  Como vimos más tarde, las de Hanoi son más baratas que las de Ho Chi Minh.


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