El primer día vamos a visitar San Francisco con todo lo que el coche nos permita disfrutar. Rodeamos la bahía hacia Sausalito desde donde hay muy buenas vistas de los muelles, Alcatraz y el Golden Gate. La bahía está muy concurrida por la celebración de la copa América y hace un día de sol espectacular.
Cruzamos el Golden Gate y seguimos hasta Golden Gate Park donde damos un breve paseo desde el museo de Young hasta la laguna. Hay muy buenas vistas desde la torre del museo, y subir es gratuito.
Conducimos hasta Lombard St y hacemos una cola interminable en una cuesta terriblemente inclinada para poder bajar el tramo en S. Para mí es más espectacular la subida que la bajada.
Después de asomarnos al mirador de la torre COIT (un poco decepcionante), conducimos hasta el barrio Mission con un tráfico agónico. Mission parece el barrio de moda: montones de gente en la calle, en los bares cenando, las tiendas abiertas hasta bien entrada la noche... aunque lo que atrae a los turistas son los murales callejeros.
Para volver a Alameda, cruzamos el puente de la Bahía, que solamente tiene peaje de entrada a la ciudad.
En nuestro segundo día, dejamos el coche aparcado en Alameda y cogemos el Ferry que en 20 minutos nos deja frente al Pier 41.
Lo primero que hacemos es acercarnos a ver a los ruidosos habitantes del Pier 39: hay un montón de leones marinos dando el espectáculo.
Recorremos las tiendas del Pier 39 con mucho ambiente y comemos en la zona, en un bar de estilo surfero donde nos sirven unas gambas con coco rebozadas muy ricas. Seguimos el paseo hasta los primeros muelles entre gente, marisco y músicos callejeros para ver el giro de los tranvías.
De vuelta por los muelles, llegamos hasta el Pier 33 desde donde sale el crucero a Alcatraz. La audioguía del tour nos desvela las entrañas de la prisión, rutinas, privilegios, organización y hasta los intentos de fuga! Es una visita muy interesante, y sin darnos cuenta somos los últimos en salir de la famosa prisión.
Definitivamente, nos ha gustado San Francisco!
Al día siguiente debemos llegar hasta Los Angeles. Nos acercamos hasta Palo Alto para ver la sede de Google, y desde allí nos entretenemos un poco en la bahía de Monterrey con sus aguas frías y cristalinas. Hacemos una parada en San Luis Obispo y otra en Santa Bárbara y llegamos de noche a Los Angeles, fin de trayecto.
El primer paso
Hace tiempo alguien me dijo que un viajero es el que no tiene fecha de vuelta, lo demás solamente son turistas. Despues de años viajando, siempre con fecha de vuelta, creo que un viajero es un amante curioso de la vida, que se atreve a ver y a respetar, y que en su calendario siempre tiene anotado un nuevo destino que visitar.
¡Bienvenidos al viaje!
Pàgines
dissabte, 12 de juliol del 2014
Etapa 7: Death Valley y Sequoia
Nos marchamos de Las Vegas en el día más soleado desde que llegamos. Aún así el calor se hace soportable en Death Valley, la máxima que alcanzamos durante el viaje son 42º C o sea que estamos como en casa!
Subimos hasta Dante's View y... vaya, vaya, Joe! Vale la pena la vista sobre Badwater Basin, el punto más bajo de USA. Además, entre la calima se divisa el monte Whitney.
Seguimos ruta entre piedras y badlands, dunas, lagos de sal y alguno de agua. Un coyote merodea cerca. Y por fin, la carretera se eleva entre curvas y salimos del Valle de a Muerte.
El viaje hasta Tulare es un poco largo porque hay que rodear todas las enormes montañas de Sierra Nevada, pero al día siguiente estamos muy cerca de nuestro destino: Sequoia.
Durante una hora, recorremos las curvas que suben el puerto hasta la parte más alta del parque y empezamos a ver las primeras sequoias: son grandes, altas, anchas, y les gusta estar en grupos de 3 ó 4. Recorremos el sendero hasta llegar al General Sherman, el árbol con más madera del mundo. Otro sendero nos acerca al General Grant, el árbol más ancho del parque. Y por el camino, múltiples sequoias sin nombre dignas de las mejores fotos.
Nos separan 3 horas de Alameda, que será nuestra base logística para los días que pasaremos en San Francisco.
Subimos hasta Dante's View y... vaya, vaya, Joe! Vale la pena la vista sobre Badwater Basin, el punto más bajo de USA. Además, entre la calima se divisa el monte Whitney.
Seguimos ruta entre piedras y badlands, dunas, lagos de sal y alguno de agua. Un coyote merodea cerca. Y por fin, la carretera se eleva entre curvas y salimos del Valle de a Muerte.
El viaje hasta Tulare es un poco largo porque hay que rodear todas las enormes montañas de Sierra Nevada, pero al día siguiente estamos muy cerca de nuestro destino: Sequoia.
Durante una hora, recorremos las curvas que suben el puerto hasta la parte más alta del parque y empezamos a ver las primeras sequoias: son grandes, altas, anchas, y les gusta estar en grupos de 3 ó 4. Recorremos el sendero hasta llegar al General Sherman, el árbol con más madera del mundo. Otro sendero nos acerca al General Grant, el árbol más ancho del parque. Y por el camino, múltiples sequoias sin nombre dignas de las mejores fotos.
Nos separan 3 horas de Alameda, que será nuestra base logística para los días que pasaremos en San Francisco.
Etapa 6: Las Vegas
Tras el largo viaje de vuelta hacia Las Vegas intentamos no madrugar mucho para adaptarnos a una ciudad que vive de noche. Dedicamos la mañana a hacer unas compras en uno de los Outlets de Las Vegas y la noche a ver el precioso espectáculo "La Rêve" desde la splash zone, donde solo nos mojamos unas gotas.
¿Y de qué va "La Rêve"? Aun no lo tengo muy claro. Es como un sueño caótico en el que pasan cosas que parecen tener sentido cuando las sueñas pero que, una vez despierto, piensas que todo es imposible. El espectáculo es hora y media de circo, natación sincronizada con zapatos de tacón, saltos de trampolín imposibles y danza. Es arte visual con cada detalle pensado y mimado: sombras, luces, expresión, agua que cae en gotas, chorros, espuma,...Si todavía no lo tenéis decidido, es una magnífica elección!
Al salir del espectáculo vamos a ver el Strip. Desde el Venecia, hasta el espectáculo del IT con sus sirenas contra piratas. Desde el Mirage con sus fuentes, al París y el Ceasar Palace. Agotados, acabamos el recorrido en coche: New York, Luxor, Excalibur...
Al día siguiente nos sale todo el cansancio y amanecemos con la hora justa para ir directos a comer al buffet libre del hotel Aria. Lo malo de comer en un buffet es que sueles necesitar una siesta para digerirlo. Y tras la siesta y una tormenta impresionante, decidimos acercarnos ya de noche a la presa Hover.
Ya es noche cerrada cuando empezamos a recorrer Fremont Street: un derroche de luz, casinos de aire retro y chicas bailando encima de las barras con billetes en el liguero, unido a un montón de tiendas de souvenirs horteras, un Elvis y un Tor con algunos kilos de más y un par de escenarios con espectáculos curiosos. De pronto, se oscurece la cúpula y empieza el festival de Queen. Luces por doquier y un pupurri de lo mejor del grupo.
Al final picamos en alguna tienda de souvenirs, seguro que hay algo contagioso en el ambiente...
¿Y de qué va "La Rêve"? Aun no lo tengo muy claro. Es como un sueño caótico en el que pasan cosas que parecen tener sentido cuando las sueñas pero que, una vez despierto, piensas que todo es imposible. El espectáculo es hora y media de circo, natación sincronizada con zapatos de tacón, saltos de trampolín imposibles y danza. Es arte visual con cada detalle pensado y mimado: sombras, luces, expresión, agua que cae en gotas, chorros, espuma,...Si todavía no lo tenéis decidido, es una magnífica elección!
Al salir del espectáculo vamos a ver el Strip. Desde el Venecia, hasta el espectáculo del IT con sus sirenas contra piratas. Desde el Mirage con sus fuentes, al París y el Ceasar Palace. Agotados, acabamos el recorrido en coche: New York, Luxor, Excalibur...
Al día siguiente nos sale todo el cansancio y amanecemos con la hora justa para ir directos a comer al buffet libre del hotel Aria. Lo malo de comer en un buffet es que sueles necesitar una siesta para digerirlo. Y tras la siesta y una tormenta impresionante, decidimos acercarnos ya de noche a la presa Hover.
Ya es noche cerrada cuando empezamos a recorrer Fremont Street: un derroche de luz, casinos de aire retro y chicas bailando encima de las barras con billetes en el liguero, unido a un montón de tiendas de souvenirs horteras, un Elvis y un Tor con algunos kilos de más y un par de escenarios con espectáculos curiosos. De pronto, se oscurece la cúpula y empieza el festival de Queen. Luces por doquier y un pupurri de lo mejor del grupo.
Al final picamos en alguna tienda de souvenirs, seguro que hay algo contagioso en el ambiente...
divendres, 11 de juliol del 2014
Etapa 5: Bryce Canyon y Yellowstone
Nos espera un día duro: queremos visitar Bryce Canyon y conducir unas 10 horas hasta cerca de Yellowstone y eso quiere decir que toca madrugar.
Bryce Canyon merecía más tiempo del que le dedicamos. Probablemente es un sitio fantástico para hacer una caminata de un día entre sus innumerables agujas rojas, aunque tuvimos que conformarnos con verlo desde los miradores más significativos: Sunrise Pont, Inspiration Point y Bryce Point.
El viaje es largo y rodeando Salt Lake City nos cae una tromba de agua que nos obliga a pararnos casi dos horas. ¡Qué formar de llover!!!
Al día siguiente recorremos el trayecto desde Saint Anthony hasta la entrada oeste de Yellowstone y nada más entrar vemos 2 bisontes pastando.
Hacemos un par de paradas de camino hacia Old Faithful para ver piscinas burbujeantes, nubes de vapor, rocas impregnadas de bacterias que les dan un color amarillento y algún geyser activo. Hay mucha espectación delante de Old Faithful a la hora prevista de erupción, tras un pequeño retraso empieza a escupir agua y a crecer.
Unas millas más al norte llegamos a Norris, donde hay una gran extensión de piscinas y actividad termal y algo más al norte aún vemos Mammoth y sus formaciones de Travertino.
Bryce Canyon merecía más tiempo del que le dedicamos. Probablemente es un sitio fantástico para hacer una caminata de un día entre sus innumerables agujas rojas, aunque tuvimos que conformarnos con verlo desde los miradores más significativos: Sunrise Pont, Inspiration Point y Bryce Point.
El viaje es largo y rodeando Salt Lake City nos cae una tromba de agua que nos obliga a pararnos casi dos horas. ¡Qué formar de llover!!!
Al día siguiente recorremos el trayecto desde Saint Anthony hasta la entrada oeste de Yellowstone y nada más entrar vemos 2 bisontes pastando.
Hacemos un par de paradas de camino hacia Old Faithful para ver piscinas burbujeantes, nubes de vapor, rocas impregnadas de bacterias que les dan un color amarillento y algún geyser activo. Hay mucha espectación delante de Old Faithful a la hora prevista de erupción, tras un pequeño retraso empieza a escupir agua y a crecer.
Seguimos ruta hasta Lake Yellowstone y con la lluvia llegamos al Cañón para ver un par de cascadas impresionantes desde Artist point y Uncle Tom.
Unas millas más al norte llegamos a Norris, donde hay una gran extensión de piscinas y actividad termal y algo más al norte aún vemos Mammoth y sus formaciones de Travertino.
Etapa 4: Grand Canyon
Tal y como nos olíamos, el coche no quiere encenderse al día siguiente. Y Thrifty, la agencia de alquiler, tiene el coche de reemplazo en Phoenix, a 3 horas de distancia que se convirtieron en 7. Menos mal que tanto Sheryl, del motel, como Bill, del taller, se pelearon con la compañía por teléfono como si fuera su viaje y su tiempo y nos consiguieron una solución interesante: cargamos la batería al máximo para llegar hasta nuestro hotel situado en Tusayan, al borde de la entrada a Grand Canyon y, desde allí, aprovechamos los buses lanzadera que recorren todo el parque mientras llegaba nuestro coche de reemplazo.
Las vistas desde el South Rim son tremendamente impresionantes. Recorres el borde como si estuvieses en una terraza y todo lo que tienes ante ti es la inmensidad del fondo del valle con el río Colorado en el fondo.
Al día siguiente madrugamos para dar un paseo en helicóptero por encima del cañón. Contratamos con Papillon, pero en realidad todos salen del mismo sitio y valen lo mismo, solamente cambia el precio si cambia el tipo de helicóptero. Las vistas sobre los bosques, el cañón y el río valen la pena.
De nuevo en marcha recorremos con el coche la Desert view hasta la salida este del parque. Desde allí conducimos hacia el norte hasta Page para ver la increible Horseshoe Bend.
Conducimos unas horas más hasta Panguitch, a las puertas de Bryce Canyon, donde hacemos noche.
Las vistas desde el South Rim son tremendamente impresionantes. Recorres el borde como si estuvieses en una terraza y todo lo que tienes ante ti es la inmensidad del fondo del valle con el río Colorado en el fondo.
Al día siguiente madrugamos para dar un paseo en helicóptero por encima del cañón. Contratamos con Papillon, pero en realidad todos salen del mismo sitio y valen lo mismo, solamente cambia el precio si cambia el tipo de helicóptero. Las vistas sobre los bosques, el cañón y el río valen la pena.
De nuevo en marcha recorremos con el coche la Desert view hasta la salida este del parque. Desde allí conducimos hacia el norte hasta Page para ver la increible Horseshoe Bend.
Conducimos unas horas más hasta Panguitch, a las puertas de Bryce Canyon, donde hacemos noche.
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Etapa 3: Por la ruta 66
Abandonamos Los Angeles sin haber "disfrutado" ninguno de sus famosos atascos. Avanzamos por el desierto de California con calor y comemos en medio de ningún sitio una hamburguesa.
Empieza a llover cuando cogemos el primer tramo de ruta 66. Nuestra intención es ver el poblado abandonado de Oatman y continuar por la reserva india en Peach Springs hasta nuestro motel que está en Seligman, pero nos saltamos el cruce de Oatman y no nos damos cuenta hasta Peach Springs. Como es relativamente pronto, deshacemos casi 2 horas de camino.
La carretera que conduce a Oatman son 20 millas de ruta 66 dejadas de la mano de Dios, y que cuando llueve, se inunda y queda cortada, así de sencillo. Aunque ha parado de llover, encontramos un par de tramos con bastante agua y zonas con muchas piedras. Por suerte el coche cruza bien, y tras unas cuantas curvas y un precioso paisaje nos cruzamos con los burros de Oatman, que como ya es casi de noche se están retirando a los pastos. El pueblo está vacío de turistas y nos paseamos un rato sin gente y sin burros. El teléfono hace millas que está sin cobertura y cuando vamos a encender el coche... sin batería! Tras un par de intentos frustrantes, acertamos a apagar todo lo prescindible (luces, radio, aire acondicionado) y en un golpe de suerte, se enciende!!! De todas maneras, no nos da mucha confianza meternos en el desierto con un coche que no tiene bien la batería...
Empieza a llover cuando cogemos el primer tramo de ruta 66. Nuestra intención es ver el poblado abandonado de Oatman y continuar por la reserva india en Peach Springs hasta nuestro motel que está en Seligman, pero nos saltamos el cruce de Oatman y no nos damos cuenta hasta Peach Springs. Como es relativamente pronto, deshacemos casi 2 horas de camino.
La carretera que conduce a Oatman son 20 millas de ruta 66 dejadas de la mano de Dios, y que cuando llueve, se inunda y queda cortada, así de sencillo. Aunque ha parado de llover, encontramos un par de tramos con bastante agua y zonas con muchas piedras. Por suerte el coche cruza bien, y tras unas cuantas curvas y un precioso paisaje nos cruzamos con los burros de Oatman, que como ya es casi de noche se están retirando a los pastos. El pueblo está vacío de turistas y nos paseamos un rato sin gente y sin burros. El teléfono hace millas que está sin cobertura y cuando vamos a encender el coche... sin batería! Tras un par de intentos frustrantes, acertamos a apagar todo lo prescindible (luces, radio, aire acondicionado) y en un golpe de suerte, se enciende!!! De todas maneras, no nos da mucha confianza meternos en el desierto con un coche que no tiene bien la batería...
Etapa 2: Los Angeles
Desde Florida hasta California cambiamos de huso horario 2 veces, algo así como ir desde España hasta Turquía!
Tras un rato eligiendo nuestro coche mid-size, nos decidimos por un Ford que vamos a recordar el resto de nuestra vida. Pero de eso ya hablaremos cuando estemos en medio de la nada...
A primera vista, Los Angeles asusta: suciedad, gente tirada en la calle, edificios destartalados, carteles sin encanto... es una ciudad sumergida en la mediocridad. Hasta su famoso boulevard de la Fama está muy descuidado. Dedicamos la tarde a recorrerlo y a ver el famoso teatro Kodak donde entregan los Oscars, que ahora se llama Dolby, cosas del márketing.
Al día siguiente nos vamos a la caza de las letras de Hollywood en el 6272 de Mullholland Highway.
Paramos a comer en el complejo comercial de Farmers Market, en un Cheesecake Factory, que seguro que sonará a los seguidores de Big Bang Theory. La mejor sorpresa del día es que nuestra camarera es una Penny auténtica: rubia, sonriente, de voz muy parecida. Y de postre: tarta de queso con chocolate blanco, caramelo y macadamia. Yummy yummy!!!
Conducimos por Rodeo Drive, pasando por delante del Beverly Wilsare (sin Richard Gere...) y subimos por Beverly Hills y Bel Air (sin príncipe). Un paseo por Santa Monica y Venice para acabar el día.
Nuestro último día en L.A. lo dedicamos a visitar Universal Studios y es, sin duda, lo mejor de Los Ángeles. Nada más entrar, revisamos los horarios del tour en español guiado por los estudios y aprovechamos la hora que nos queda para explorar toda la parte de abajo. Un buen baño en la montaña rusa de Jurasic Park, la genial Transformers y la montaña rusa de La Momia, llena de "terroríficas" momias de neón.
El tour nos conduce por los estudios, escenarios de grandes pelis como Psicosis o Tiburón, la Guerra de los Mundos, Mujeres Desesperadas...
Aunque un día es justo, conseguimos ver todos los espectáculos y probar todas las atracciones una vez como mínimo. Todo un ajuste de coordinación con los horarios en la mano!
Tras un rato eligiendo nuestro coche mid-size, nos decidimos por un Ford que vamos a recordar el resto de nuestra vida. Pero de eso ya hablaremos cuando estemos en medio de la nada...
A primera vista, Los Angeles asusta: suciedad, gente tirada en la calle, edificios destartalados, carteles sin encanto... es una ciudad sumergida en la mediocridad. Hasta su famoso boulevard de la Fama está muy descuidado. Dedicamos la tarde a recorrerlo y a ver el famoso teatro Kodak donde entregan los Oscars, que ahora se llama Dolby, cosas del márketing.
Al día siguiente nos vamos a la caza de las letras de Hollywood en el 6272 de Mullholland Highway.
Paramos a comer en el complejo comercial de Farmers Market, en un Cheesecake Factory, que seguro que sonará a los seguidores de Big Bang Theory. La mejor sorpresa del día es que nuestra camarera es una Penny auténtica: rubia, sonriente, de voz muy parecida. Y de postre: tarta de queso con chocolate blanco, caramelo y macadamia. Yummy yummy!!!
Conducimos por Rodeo Drive, pasando por delante del Beverly Wilsare (sin Richard Gere...) y subimos por Beverly Hills y Bel Air (sin príncipe). Un paseo por Santa Monica y Venice para acabar el día.
Nuestro último día en L.A. lo dedicamos a visitar Universal Studios y es, sin duda, lo mejor de Los Ángeles. Nada más entrar, revisamos los horarios del tour en español guiado por los estudios y aprovechamos la hora que nos queda para explorar toda la parte de abajo. Un buen baño en la montaña rusa de Jurasic Park, la genial Transformers y la montaña rusa de La Momia, llena de "terroríficas" momias de neón.
El tour nos conduce por los estudios, escenarios de grandes pelis como Psicosis o Tiburón, la Guerra de los Mundos, Mujeres Desesperadas...
Aunque un día es justo, conseguimos ver todos los espectáculos y probar todas las atracciones una vez como mínimo. Todo un ajuste de coordinación con los horarios en la mano!
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